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Imagen: Jesús atado a la columna y azotado por dos verdugos.

Autor: José Romero Tena e Hijo.

Año: 1944.

Lugar de culto: Convento de la Purísima Sangre de las Madres Carmelitas.

 

La cofradía de “Jesús atado a la columna y azotado por los verdugos” de Ontinyent, de creación inmemorial, conserva como paso procesional actual un conjunto escultórico hecho por uno de los autores más relevantes y prolíficos, al mismo tiempo que desconocido, del panorama imaginero valenciano de la posguerra: José Romero Tena. Esta imagen procesional cumplió en 2019 el 75 aniversario de su construcción.

 

El paso de la “Flagelació” está realizado, tal y como se indica en la ficha de la Comisión de Arte Sacro, conjuntamente por padre e hijo.

 

Tal y como aparece en la documentación del Archivo Metropolitano de Valencia, el 27 de septiembre de 1944, el rector y arcipreste en ese momento de la parroquia de Santa Maria, Francisco Martínez Ortiz, envío la petición de adquisición de la imagen de la “Flagelació” para la procesión del Viernes Santo en Ontinyent. Este tipo de peticiones fueron prescritas por la Comisión de Arte Sacro, obligatoriamente a fin de controlar la calidad artística y el rigor litúrgico de todas las obras religiosas que se destinaban a suplir las obras de culto desaparecidas en guerra. Esta petición fue aprobada por la mencionada comisión el 29 de marzo del mismo año de la solicitud.

 

El escrito indica que la obra será sufragada por la “Hermandad de Labradores” y se anexa el presupuesto que la propia hermandad habría pedido al escultor José Romero Tena y un dibujo o esbozo de la escultura. En este presupuesto, también firmado el 27 de marzo de 1944, el artista indica que la obra tiene un coste de 15.000 pesetas y hace la siguiente descripción:

 

“PROYECTO Y PRESUPUESTO que los abajo firmados presentan a la Hermandad de Labradores y al Rdom. Sr. Don Vicente Martinez Ortiz Cura Arcipreste de la Ciudad de Onteniente cuya Hermandad costea las obras siguientes...

Un grupo escultórico representando los azotes a la columna con sus correspondientes andas y juego de luces para venerar y dar mayor realce a las solemnidades de la Semana Santa de dicha Ciudad

Características

Dicho grupo escultórico se compondrá de tres figuras todas ellas talladas en madera así como también sus andas y decoradas con sus correspondientes grupos de metal para su iluminación

Todo este trabajo queda combenido en la cantidad de quince mil pesetas siendo los portes cuenta aparte”

 

Desconocemos la razón por la cual se eligió este autor, pero es cierto que no fue la única de las opciones. A través de la correspondencia que se mantiene entre el Ayuntamiento de Ontinyent y el escultor Mariano Benlliure por anticipado del encargo de la realización de la escultura de la Soledad, se hizo manifiesta esta voluntad (Sanchis; Gómez, 2007). Concretamente, en la carta que el alcalde de Ontinyent le envía al maestro escultor el 28 de abril de 1943, este le traslada la voluntad del gremio de labradores para conocer el precio de ejecución del paso de la “Flagelació” con las siguientes palabras:

“....Así mismo y dado el gran entusiasmo que ha despertado entre todos estos sus buenos paisanos y admiradores la Imagen del Cristo yacente y queriendo aumentar a ser posible el tesoro artístico de esta Ciudad con su tan querida y apreciada firma, el gremio de labradores que ha de construir la Imagen de Jesús Azotado por los dos verdugos en la Columna me encarga que en su nombre ruegue a Vd nos formule un presupuesto de dicha Imagen, rogándole tenga en cuenta la modestia de su condición de labradores en el cálculo que pueda formular, pues a ser posible y si pudiera entrar también en el cálculo de las posibilidades de dicho gremio, desearía en gran manera poder también conseguir esa satisfacción y honor de tener su Imagen tallada por Vd, y con ello la procesión de Semana Santa de Onteniente podría ya titularse con propiedad la de nuestro querido paisano D. Mariano Benlliure....”

 

Además de estas informaciones no se tienen más noticias sobre el interés en otros autores. El que es cierto es que finalmente fue a José Romero Tena y al hijo, que en esas fechas ya trabajaba, con a quienes le hacen el encargo definitivo y así firmaban la documentación.

 

En este sentido, hay que tener en cuenta que en realidad la obra tiene que ser atribuida o considerada como una obra de taller más que al de una autoría personal concreta. Era normal que bajo las marcas o letrero del taller no aparezca la verdadera autoría. Hay que tener en cuenta que en muchos casos suponía una actividad relativamente semiindustrial, y como hemos visto en las informaciones precedentes, José Romero Tena era el titular de una empresa de fabricación de imágenes. Según los archivos de la Comisión de Arte Sacro a José Romero Tena se le atribuyen más de veinticinco esculturas.

 

La obra está compuesta por tres figuras que representan la escena de la flagelación de Jesucristo. La narrativa queda marcada por un claro naturalismo, tanto a nivel volumétrico como pictórico. Incluso las heridas en la espalda de Jesucristo, más allá de quedar identificadas por la policromía, están representadas volumétricamente, evidenciando un marcado realismo y dramatismo de la escena.

 

Las respectivas intervenciones que ha sufrido la escultura imposibilitan hacer un análisis concreto de la policromía original, puesto que esta ha sido completamente repinte en gran parte de las esculturas. Prácticamente hoy por hoy se puede considerar que la única zona de las figuras donde se puede contemplar el cromatismo original aplicado en principio en el año 1944 por José Romero Tena e hijo, es en los tres rostros: el de Jesucristo y el de los dos esclavos. La burda plasticidad, la espesura de la pincelada y la inexistente modulación en la anatomía y las vestiduras de estos repintes en los tres personajes muestran una clara y evidente pérdida de calidad cromática respecto a los rostros.

 

Sin embargo, esta apreciación, la escultura se preserva en un estado de conservación perfectamente estable. La parte lígnia estructural solo manifiesta unas fisuras pequeñas producto de la dilatación de las juntas de unión de los tablones que la constituyen, pero en ningún caso supone una grave patología.

 

La figura de José Romero Tena

 

En la actualidad todavía son escasas las notas biográficas de este escultor. José Romero Tena nace en València en 1871 y muere en 1958. Sobre él es Enrique López (2017) quién hace la mayor, más cuidadosa y completa aportación sobre el tema en su tesis, la cual reproducimos exactamente puesto que consideramos mejor que hacer un resumen o una traducción:

 

“Formado en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, participó en la Exposición Regional de Valencia de 1909, con un “Altar-trono”. Trabajo representativo del género de obras construidas en su obrador, ubicado inicialmente en la calle Muro de Santa Ana y después en los números 29 y 17 de la calle Alboraia. Refiere Juan Luís Corbín que llegó a tener entre 40 y 60 operarios. Juntamente con el de Vicente Tena Fuster, primo suyo al parecer, fue el más importante de la Valencia de comienzos de siglo, como acredita el paso por él de escultores como José Capuz Mamano, Juan Bautista Palacios Chirivella o Antonio Ballester Aparicio, aparte de las numerosas noticias sobre sus trabajos, a los que luego nos referiremos. Como resulta habitual a los grandes establecimientos, en él existían las secciones de carpintería, dorado y decoración, y escultura, aparte de una capilla para el culto, dedicada a la Sagrada Familia, noticia que nos informa de su religiosidad, corroborada por el padre Moscardó a propósito de la salvación en 1936 de la tabla de la Virgen del Refugio venerada en la vecina iglesia del convento de la Trinidad, en la que tomó parte. En relación a su perfil profesional, existen indicios para afirmar que su verdadero oficio fue en realidad el de dorador, o pintor de imágenes, como sugiere su aparición por duplicado en el Anuario Mercantil de Valencia de 1910, en los listados de doradores y escultores. Así nos lo aseguró el escultor Efraín Gómez Montón, quien señalaba que después de la Guerra Civil, el artista solía frecuentar el obrador de su primer maestro, el escultor José Pérez Gregori, en la calle Triador de Valencia, para encomendarle la parte escultórica de los numerosos encargos de imaginería que a él le llegaban. Así lo atestiguan los bocetos a lápiz de algunas de estas imágenes, como el Sagrado Corazón de Chiva, el San Roque de Museros, el paso de la Flagelación de Ontinyent, o la Purísima de Albuixec, realizados sin lugar a dudas por Pérez Gregori, a juzgar por los dibujos. Ayudado entonces por el hijo del fundador, José Romero Almenar (†1971), el obrador devino a la sazón un pálido reflejo de lo que había sido durante el primer tercio de siglo, a pesar de algunos trabajos interesantes, como las imágenes labradas para Aspe o los grupos procesionales de la Semana Santa de Ontinyent. A él se vincula un número incontable de andas, imágenes y retablos, muchas de las cuales figuran en el folleto publicitario de la casa, editado a comienzos de siglo, entre ellas, las andas-trono para la Purísima del colegio de los jesuitas de San José de Valencia, labrada por Modesto Pastor (nº 890), razón por la que erróneamente se le atribuyó la imagen, el San Eugenio del asilo del mismo nombre en Valencia (nº 189), las imágenes del Corazón de Jesús del Grao de Valencia y la Colegiata de Gandía, este último de 1907 (nº 379), realizadas según el mismo modelo, neobarroco, o el retablo neogótico dedicado a la Purísima del nuevo colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José de Valencia (nº 919). Fuera de Valencia destacan el Enclavamiento de la Cruz de Ciudad Real (nº 677), realizado también para Astorga en 1923, la Virgen del Pilar de Vadillos (Valladolid), donde aún se conserva (nº 546), o las andas e Imagen de la Virgen de los Desamparados de Carbanchel Bajo, encargadas por la colonia de valencianos en Madrid (nº 197). El San Juan de la Cruz de los Carmelitas del Desierto de las Palmas de Benicasim (nº B 11), inspirado en el del convento de los Carmelitas de la calle Alboraia de Valencia de Modesto Pastor y José Burgalat, el San José de los Franciscanos de Oruro (Bolivia), (nº 68), basado en el de la capilla de la Virgen de los Desamparados de Valencia, del escultor académico Felipe Andreu, la Purísima para Fuente del Maestre (Badajoz), inspirada en los modelos de Murillo (nº 705). Los pasos del Descendimiento de la Cruz de Astorga (1923), (nº 166), y la Oración en el Huerto de Barbastro (1930), tomados de Rubens y Salzillo, atestiguan la familiaridad José Romero Tena (www.aguilardigital.es) del obrador con los modelos propugnados por el historicismo. Para la Semana Santa de esta ciudad oscense restauró también el yacente haciéndole una nueva cabeza. En ocasiones el idealismo tradicional valenciano del siglo XIX propio del obrador que acusan los pasos del Beso de Judas y el Prendimiento de Astorga de 1909 y 1923, se combina con algunos recursos realistas, como las guedejas sueltas de cabello, verdadero alarde de talla, en la imagen del Corazón de Jesús de la colección de José Miguel Cañamás, que ostenta la placa del obrador. Otras obras salidas del establecimiento fueron las numerosas imágenes de la Virgen de los Desamparados repartidas por todo el Estado, como la de Villares (Lugo), o la de colección particular valenciana procedente de una casa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Valladolid, anteriores ambas a la Guerra Civil, después de la cual la calidad de las obras disminuyó de forma significativa, a pesar del número de encargos. Frente al esplendor del primer tercio del siglo XX, el obrador de José Romero Tena llevó a cabo una producción discreta. En ella menudean los trabajos de empeño, como la Coronación de Espinas y la Alegoría de la Santa Faz de Ontinyent, todavía deudora de los modos neobarrocos de comienzos de siglo, resultando abundantes las imágenes estereotipadas. Las obras realizadas para Aspe, mantienen una calidad notable aún a pesar del concepto tradicional que manifiestan basado en la estética decimonónica. Dorador y pintor de imágenes como se ha señalado, “tallista y dorador”, a decir de Daniel Benito, José Romero Tena necesariamente tuvo que recurrir a escultores profesionales para mantener la producción del obrador. Las mejores obras fueron realizadas por el escultor José Pérez Gregori, antiguo trabajador suyo. La veracidad de esta noticia suministrada por el escultor Efraín Gómez Montón resulta fácil de verificar, al comparar los bocetos para el Corazón de Jesús de Chiva y el San Roque de Museros presentados a la Comisión Diocesana de Arte Sacro de Valencia con otros de los presentados por José Pérez Gregori a título personal.”

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